Generalmente la nostalgia es un sentimiento que se asocia a la añoranza de días, personas o lugares que ya no están. Es decir, se podría entender como un recurso de la memoria y a la vez del corazón, tejido con hilos del pasado. Aún así, por nuestra forma de entender el tiempo somos proclives a la anticipación y nos arriesgamos a predecir lo que avanza hacia nosotros desde el horizonte. Y es así como una nostalgia se empieza a gestar mucho antes de una despedida que se sabe inevitable.

Quizá ese sentir o uno muy cercano es por el que cruzan los niveles 13 de la EPE desde que empieza el año. Una mixtura entre la satisfacción de llegar a una etapa de la vida y la nostalgia anticipada de culminar una etapa del camino, lleno de vivencias y aprendizajes únicos, en parte gracias a un lugar único. Esa posible sensación, aunada a un evidente afecto por la escuela es lo que ha llevado a los chicos y chicas del nivel 13 de este año a ser protagonistas y querer dejar huella. Ambos niveles, el 13G y el 13E plantearon embellecer varios espacios de la escuela como gesto de agradecimiento en su último año, como también el poder quedarse una noche en la escuela realizando actividades colectivas con un sentido pedagógico y emotivo que sin lugar a dudas será un insumo para su memoria. Esta actividad sería con el acompañamiento de los directores de grupo y docentes de apoyo.

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