El servicio social se confunde en muchas ocasiones con una obligación distante, un requisito que se debe cumplir cuando uno se encuentra en cierto grado del colegio. Pero lo cierto es que en La EPE nos encontramos con una oportunidad. El servicio social debía ser reflexionado desde su nombre como tal, reconocer que es una acción donde los estudiantes se pueden vincular con su territorio y hacerlo propio, comprender las necesidades de sus compañeros habitantes de esta urbe y trabajar en conjunto con ellos.
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En el 2015 la Mesa Medio Ambiental Hijos e Hijas de las Moyas, nos extendió su mano y logramos integrarnos en una idea practica; su nombre es: ECOCUADRAS, en la necesidad de la Mesa Ambiental de lograr que los vecinos del Barrio San Luis se sintieran dueños del espacio público y no encontrar en las organizaciones que componen, un asistente que soluciona, sino un grupo de personas que apoya y lidera.
El rol de los jóvenes que se integraron a este servicio social, parte del principio reflexivo y activo de los problemas que la comunidad tiene, escuchando las voces de ellos mismos. En estos meses de trabajo se han tenido dos espacios de acción: inicialmente el salón comunal de San Isidro, en donde se trabajo, hombro con hombro para la recuperación del espacio, el cual necesitaba de mantenimiento. Los habitantes quienes en un principio miraban con recelo, después se animaron y tomaron escobas y costales y cooperaron junto a jóvenes de la zona y de la EPE. El resultado: Un lugar renovado y lleno de vida.
El análisis de las necesidades llevo a que los estudiantes de la EPE reconocieran que en el arte y sus expresiones existía una oportunidad para comunicar un mensaje de cuidado y apropiación, es por esto que en el dialogo y debate se construye un boceto de mural, en donde se narraría que el cuidado de lo que está afuera también es el cuidado de uno mismo. Desconectarse de la televisión y vincularse al frailejón. Pero esto se debe vivir antes de ponerse manos a la obra y para eso, se desarrollo una caminata donde se mostraron las disparidades sociales de quienes han construido sus casas con lujos y las casas llenas de humildad e historia familiar.
Ya se ha comenzado a llenar de color el muro frente al puente de San Luis donde se plasma las ideas vividas y dialogadas. Este solo es el comienzo de un camino por recorrer, si bien este grupo del 2015 podría acabar su servicio social, se llevan con ellos un mensaje y una vivencia sobre el espacio que rodea a la EPE, pero esperamos lleguen muchos más jóvenes que continúen este proceso que apenas comienza. Nos reconforta darnos cuenta que vale la pena arriesgarse y trabajar con y para el otro.