Antes de finalizar el mes de enero con el equipo de Economía Azul nos dimos a la tarea de hacer nuestro encuentro con los jóvenes de los niveles 11, 12 y 13.
A través de las voces de los maestros se hizo una breve reseña de los reconocimientos que ha logrado la EPE desde la configuración de la propuesta pedagógica en la EPE de  la Economía Azul. Esta apuesta  busca comprender la manera cómo funciona la naturaleza y cómo se desarrollan los procesos que se gestan en su interior para que sea posible la vida. Se trata de emular los ecosistemas naturales para ser eficientes en la producción de bienes y servicios que los ciudadanos necesitan para ser felices, con responsabilidad compartida y respeto para las generaciones futuras.  La economía azul se basa en la regeneración, esto es que consiste en  asegurar que los ecosistemas se mantengan en su trayectoria evolutiva de manera que podamos beneficiarnos del inagotable caudal de creatividad, adaptación y abundancia de la naturaleza (Pauli, 2010 p.21).

Este nuevo paradigma parte de reconocer que no solo hacemos parte del ecosistema, sino que somos naturaleza que conlleva retomar el conocimiento de nuestros ancestros en su manera de relacionarse con la naturaleza, que está inspirado en reconocer la Madre Tierra desde una mirada holística. Es desde aquí que en este espacio de trabajo se da apertura a los sabedores, campesinos y a los personajes de la comunidad, de tal manera  que estos saberes también se convierten en fuente de conocimiento que emergen de la historia local  para configurar equipos de trabajo como parte fundamental de la construcción colectiva, de nuevas maneras de ver el mundo y de construir nuevas realidades.
En la segunda parte del evento, los protagonistas eran los egresados (diferentes promociones) que como invitados especiales nos compartieron sus experiencias de vida en la universidad después de haber tenido la posibilidad de vivenciar el proyecto de Economía Azul. Nuestros invitados fueron Leonardo Villegas  y Antonia Mejía (2013); Juan Daniel Rodriguez, Juan Camilo Bonil (2015) y Gabriela Cardozo, Juan Felipe Plata y Diego Navarrete (2016)  que a través de sus testimonios claros y contudentes nos muestran que las escuelas en Colombia requieren de propuestas articuladas con nuestras geografías que nos permitan re-pensar lo que somos y lo que hacemos para transformar el mundo. A ellos gracias, por cedernos un tiempo valioso que nos permitió hacer trueques de palabras, de recuerdos y de emociones.  


Si existe disposición de otros egresados que quieran compartir sus experiencias vividas en la EPE, los invitamos a ponerse en contacto con nosotros (biblioteca@epe.edu.co) Es un gusto reconstruir la memoria de una escuela comprometida con nuestro país.  

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